Whatsapp anuncia que se podrán recuperar mensajes: se acaba el mundo

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Después de la crisis que supone el tema del doble check y de superar el hecho de ver la última conexión sin recibir respuesta, WhatsApp vuelve a poner en jaque nuestras relaciones en general y hace peligrar la existencia del mundo tal y como lo conocemos. Hagamos memoria, antes de la llegada de este servicio de mensajería gratis, instantáneo y letal, la vida era mucho más sencilla, las excusas más fluidas y las relaciones de pareja, más sencillas. Ahora el mundo se divide en dos mitades, los que se comunican a través de WhatsApp y los valientes que siguen teniendo vida social sin utilizarlo. Fuera de la esfera quedan aquellos que no lo saben usar, actualmente no podemos considerarlos personas adaptadas socialmente.

La situación ha llegado al extremo de que existen cientos de páginas online que nos dan recomendaciones sobre cómo evitar que este servicio de mensajería nos rompa el corazón. Como este artículo del Diario ABC, que publica un estudio que afirma que “28 millones de parejas se separan por culpa de WhatsApp”, en el que la psicóloga Alba Hernáiz Vega nos cuenta que “una aplicación no tiene la culpa de las rupturas, aunque puede hacer que vuestros problemas se vean más o incluso agravarlos”.

Pero esto no es todo, esta plataforma se ha colado en todos los ámbitos de nuestra vida para convertir nuestro mundo en un lugar más complicado. Los grupos de WhatsApp del colegio, los de solteros, los de amigos, los del trabajo, los que son con el jefe, los que no incluyen al jefe… E incluso los que implican aguantar a aquellas personas que envían una palabra por mensaje poniendo a prueba nuestros nervios. Y no hablemos de toda la información que se pierde cuando alguien se pasa un rato escribiendo para acabar recibiendo un simple “ok”, aunque eso es otro tema…

Pero el debate es inevitable. ¿Es que realmente el doble check azul no es garantía de que hayan leído tu mensaje? ¿Es que WhatsApp se cubre las espaldas para no tener cargos de conciencia? ¿Es cierto que puedes pedir que no salga nunca el doble check azul? ¿Cuándo no puedes ver la última hora de conexión sale doble check? Hay muchas preguntas en el aire y uno no puede más que sentirse un tanto perturbado ahondando en este peliagudo asunto, pero el problema está en el aire, se palpa, se siente. Es un problema real, estamos viviendo una auténtica crisis de relaciones que ya ha generado mucha literatura, arte e incluso un corto para recoger el sentimiento y que causó furor allá por el año 2013.

Ahora nos dicen que será posible recuperar los mensajes. A pocos días del lanzamiento de esta nueva posibilidad, que nos deja la duda de si nos arruinará la vida o nos la arreglará, las suspicacias vuelven a asomar su feo hocico. ¿El mensaje se podrá recuperar una vez leído? o ¿solamente será posible hacerlo antes de que el destinatario lo haya consultado? En caso de haberlo consultado y tener desconectado el doble check azul, ¿cómo quedará el tema? ¿Podremos recuperarlo o por el contrario nos quedaremos con la duda de que si esto de recuperar los mensajes es otro bulo o si la otra persona no quiere que sepamos que ha leído los mensajes? ¿Qué pasa con los grupos? ¿El tema se solucionará si un porcentaje de personas no lo ha leído o se podrá recuperar igualmente? Y otra pregunta que me surge, ¿dejaremos de utilizar el “jajaja” para suavizar determinados comentarios ante la posibilidad de recuperarlos? ¿Se acabó la era del emoticono/indirecta/corte de la muerte? Y la última duda que me asalta, en el supuesto de que podamos recuperar los mensajes una vez leídos, ¿cuántos de nosotros los recuperaremos una vez entregados y nos haremos los locos si nuestra misiva resulta mal acogida? El asunto se retuerce por momentos.

El problema es grande y antes de la implementación del servicio ya está sacudiendo mis pensamientos, mi ética y hasta mi conciencia. Menos mal que por mi parte, tengo activado el doble check porque no temo a las respuestas. Tengo visible mi última conexión porque no escondo nada y ya he asumido que soy de las que prefiere enviar el clásico “ups, no era para ti jejeje” por lo que recuperar mensajes no va a ser un problema para mí.

Para cerrar este post y como “no afectada” por las tortuosas sendas del WhatsApp, quiero romper una lanza en su favor declarándome totalmente fan de la filosofía que se ha creado alrededor de temas tan complejos como la interpretación de sus emoticonos. La fuerza en cada flamenca que enviamos, la apasionada lucha por conseguir la paella, la berenjena, el arte oculto en cada calamar o el sentimiento que nos embarga al recibir un cangrejo. Supongo que todo es cuestión de puntos de vista, y de cuántos años te separan de ser nativa en este tipo de utilidades, pero ese también sería otro tema…

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